Síntomas de que tu Niña Interior está herida y oración para recuperarla.
Nuestra niña interior contiene todos nuestros patrones emocionales, positivos y negativos. Ella vive en nuestro espíritu, como la pequeña que alguna vez fuimos. Esa niña carga con las heridas de traumas pasados y cuando esos patrones se presentan en nuestra vida adulta, es cuando nos damos cuenta que sigue viva en nuestro interior.
Nuestra niña interior carga con las heridas que nos causaron nuestros padres, quizá sin querer; nuestros maestros, nuestra familia o nuestros cuidadores. También se puede traducir a una vergüenza o una congoja en la escuela, allí nuestro inconsciente la guarda y la reproduce en una vida adulta como timidez o una falta de proyección ante la vida en general.
Un abuso sexual o si alguien te tocó los genitales y no dijiste nada, se reproduce en la mujer adulta en muchas ocasiones, como falta de interés en el sexo o con vergüenza hacia su cuerpo, difícilmente llega a tener un orgasmo porque piensa que el sexo no es importante o que el placer del sexo sano es pecado y así va el trajín de recovecos emocionales.
Hoy vamos analizar brevemente tu niña interior y cuando termines de leer estos síntomas, y si piensas que tu niña interior por alguna razón está herida, te invito a decir de corazón la oración de sanación de tu niña interior. Todas las mujeres somos hermosas, todas tenemos buen corazón.
Te abrazo con cariño y espero que logres resolver aquello que te duele.
Con cariño,
Nao.
Síntomas de que tu Niño Interior está herido y oración para recuperarlo:
¿Reaccionas de forma exagerada, pierdes los estribos o te sumes en la tristeza ante problemas que con paciencia tienen solución?
¿Te levantas de mal humor y o estallas con palabrotas a menudo?
¿Tropiezas una y otra vez con la misma piedra, repitiendo conductas que no te convienen o interesan, cometiendo errores que creías ya superados? Aquí tienes que ser sincera o sincero contigo, ya que aplica patrones de relaciones de pareja tóxicas y enfermizas, ¿cómo? Porque al tiempo vuelves a tener una relación con el mismo patrón de comportamiento de tu ex pareja, celoso/a, mentiroso/a, etcétera. También destacamos tu propio rol repetitivo, comienzas algo nuevo y continúas con los mismos errores de control, baja autoestima, manipulación, entre otros.
¿Si tu jefe o un compañero de trabajo te piden que corrijas o cambies la forma de realizar una tarea o te hacen una crítica sientes que es una ofensa, te ofuscas y quizás te pones a la defensiva? O, ¿ no dices nada pero en el fondo te molestaste?
¿Pasas a menudo pensando situaciones que no han pasado, pero que tienes temor que pasen?
Recuerda, los pensamientos negativos repetitivos tienen mucho que ver con tu autoestima rota por un evento de tu niñez.
¿A veces tienes envidia en silencio de otra persona?
¿Tienes dificultades para encontrar pareja, pero cuando mantienes una relación amorosa, no dura mucho porque surgen los conflictos, entra en crisis, se rompe y vuelves a la soledad?
¿Descuidas a menudo tu salud física, comiendo de forma desequilibrada, llevando una vida sedentaria o siguiendo patrones que perjudican tu organismo?
¿Te sientes fea o no te aceptas, piensas que eres inferior siempre a los demás?
Si tus respuestas a algunos de estos interrogantes son afirmativas, ello es señal de que necesitas sanar tu Niño Interior, esa parte nuestra que simboliza nuestro ser emocional, que creció en un entorno familiar determinado, y que a muy temprana edad, empezó a ser condicionado a través de la culpa, la crítica, el miedo, el rechazo.
Oración para recuperarnos y para saldar.
“Divinidad que hay en mí, amado Padre Dios, te pido por favor que borres las memorias tóxicas y dolorosas que aún hoy siguen atormentándome y brotan en mis células que son las que impiden que yo sea libre. Ya que el dolor es tan grande por no poder verme como tú me ves, como tú me creaste: una alma pura y libre.
Te pido con todo mi amor que vuelva a sonreír, a ser espontáneo(a) y a disfrutar más, que la frescura de mi sonrisa vuelva para que de esta manera se manifieste en mis acciones.
Sé que al recuperarme a mí mismo(a), recupero la alegría por la vida.
Sé que me he fragmentado en miles de versiones que no soy para agradar a los demás, para sentirme aceptado(a), valorado(a), reconocido(a), amado(a).
Te pido que abras mi corazón para que mi Yo adulto, sepa cuidar a mi Yo más joven, a mi niño(a) que necesita de ser escuchado(a), cuidado(a), amado(a), protegido(a), respetado(a), valorado(a).
Sé que con la fuerza que mi amada Divinidad me provee, será posible que por fin me pueda integrar con dulzura y suavidad para siempre.
Sé que todos tenemos un niño(a) que está buscando desesperadamente cubrir sus necesidades para manifestar en este plano la felicidad, la plenitud y sobre todo la libertad.
Gracias por haber escuchado mi plegaría que sé que con convicción esta ha sido escuchada, y todo está dado y concedido.”
Amén.
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